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domingo, 27 de enero de 2013

El elefante encadenado


- No puedo –le dije— ¡NO PUEDO!— ¿Seguro? –me preguntó el gordo.
-Sí, nada me gustaría más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento... pero sé que no puedo.

El gordo se sentó a lo Buda en esos horribles sillones azules de consultorio, se sonrió, me miró a los ojos y bajando la voz (cosa que hacía cada vez que quería ser escuchado atentamente), me dijo:
- ¿Me permites que te cuente algo?

Y mi silencio fue suficiente respuesta. Jorge empezó a contar: 
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. 
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aun que la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a alguna tía por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. 
Hice entonces la pregunta obvia:
- Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. 
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre— que NO PUEDE.
 Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

-Y así es, Demián. Todos somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez, antes, cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos. Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:
NO PUEDO... NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ

Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma: ¡NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ!
Jorge hizo una larga pausa; luego se acercó, se sentó en el suelo frente a mí y siguió: 
Esto es lo que te pasa, Demián, vives condicionado por el recuerdo de que otro Demián, que ya no es, no pudo. Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón......TODO TU CORAZON



Hace años me regalaron este libro, “Déjame que te cuente”, de Jorge Bucay. Este cuento sobre el elefante es sólo uno más de la serie de relatos que incluye el libro, y que, sin duda, recomiendo.


martes, 22 de enero de 2013

Diario de la Ladrona de Historias

He creado este espacio personalizado para que todo el que lo desee pueda informase, no sólo de la actualidad literaria, sino de todo lo demás. En "Diario de la Ladrona de Historias" encontrarás información interesante sobre política, economía, deportes, sociedad...Es un espacio que he creado especialmente para ti y para que la Ladrona de Historias sea un blog completo y práctico.



Mil Soles Espléndidos

Su autor es Khaled Hosseini y es un libro que no puedo dejar de recomendar porque es imposible que te deje impasible.

Es una obra contextualizada en Afghanistán, en lo que las continuas guerras y cambios en el poder supusieron para la población.


El autor personaliza el contexto sobre la guerra en Afghanistán a través de dos historias paralelas que terminarán encontrándose a lo largo del camino:

Por un lado está Mariam, hija ilegítima de un rico hombre de negocios, que se cría con su madre en una pequeña choza a las afueras de Herat. Su vida dará un cambio radical a los quince años cuando se padre la envía a Kabud a casarse con un zapateros treinta años mayor que ella. 
Casi dos décadas después, Rashid ofrece cobijo en su casa a Laila, una joven que se ha quedado sin hogar tras un bombardeo en Kabul.

A pesar de la diferencia de edad, entre Laila y Mariam se inicia una relación marcada por las circunstancias que envuelven sus vidas. Ante la necesidad de afrontar el terrible carácter de Rashid, ambas forjarán un vínculo indestructible que les otorgará la fuerza necesaria para superar el miedo y dar cabida a la esperanza.




domingo, 20 de enero de 2013

No hay huevo


"Confesión mientras me tapo media barbillita con una sábana: en ocasiones leo libros. Enseguida salgo por la tele y se me pasa, no es grave. Pero el caso es que en el último que he devorado, 'La historia del hombre', de Cyril Aydon, se subrayan algunos datos sobre elhuevo de Colón que al menos a mí me han reconciliado con la naturaleza humana.
Aydon explica que el navegante genovésbasó su estimación del tamaño de la Tierra en cálculos erróneos de Toscanelli, un matemático que creyó que la circunferencia del ecuador medía solo 32.000 kilómetros, una cifra 8.000 kilómetros inferior a su verdadero tamaño. Toscanelli sería recordado como el último italiano modesto y prudente de la historia, con permiso de Mario Balotelli, claro.
Después de ultimar sus cálculos, el navegante catalán fue a ver al rey de Portugal para conseguir pasta, pero cuando este preguntó a sus geógrafos, le hablaron de Eratóstenes, que en el siglo III antes de Cristo lo había estimado en 40.000 kilómetros, con lo cual, esta vez el monarca luso no se antepuso esa i tan latina, esa i tan nuestra, y decidió pasar palabra.
Hace seis siglos, mucho antes de que Nueva Rumasa Bankia lo pusieran de moda, ya se sabía que siempre hay alguna víctima más confiada, menos informada o simplemente menos afortunada que sí esté dispuesta a comprar. Después de tocar varias teclas, el almirante balear pudo llegar hasta Isabel y Fernando, la primera pareja española de todos los tiempos, que pensaría como toda pareja española desde entonces: alquilar es tirar el dinero, y una compra será siempre una buena inversión.
Y vaya si compraron.
De su primer viaje a América, Colón volvió convencido de que había pisado las Indias. Hasta ahí, bien. Lo habrá pensado cualquiera que haya subido a un taxi en Nueva York. Pero es que cuando llegó hasta Cuba y los nativos intentaron explicarle que se trataba de una isla, él siguió defendiendo que se trataba de una península de la costa asiática, o lo que es lo mismo, tras escuchar a los expertos y pese a todas las evidencias, el tío siguió en sus trece, prueba irrefutable de que era hombre, jefe y español.
Seguimos para bingo, porque en 1498, algunos miembros de su tripulación fueron los primeros europeos en pisar el continente suramericano, pero el marinero de pelo Pantene, en su línea habitual, pensó que en este caso sí se trataba de una nueva isla. Menudo tertuliano del corazón hemos perdido.
Corte a su lecho de muerte, Colón sigue convencido e incluso llega a marcharse al otro barrio pensando que se ha quedado a las puertas de China.
La historia del no-huevo de Colón es solo una muestra de que incluso lo que hoy celebramos con bombo y platillo como Día de la Hispanidad, lo que aún se considera su mayor éxito, 'descubrir' -más bien conquistar- América, estuvo plagado de errores, uno detrás de otro, hasta el punto de que si hubiese sido por él, se habría llamado la Semana Fantástica de Oriente.
Y es que nunca hay un solo huevo. Jamás lo hubo. Y jamás lo habrá.
Hablamos del éxito y del fracaso como si fueran colores puros, valores binarios o sustancias sin adulterar. Pero eso es tan falso como las convicciones del almirante de dedo erecto. Porque es ignorar la cantidad de fracasos que hay en todo éxito, y la cantidad de éxitos que existen en cada fracaso. Es pasar por alto una verdad universal, tan válida en el siglo XV como lo es hoy: solo sabemos ganar a base de perder, y solo cuando se falla se acaba acertando en algo.
CAMINOS LLENOS DE ERRORES
Una relación sentimental acaba, pero deja días, meses o incluso años inolvidables, y puede que hasta alguna nueva vida en este mundo. Una oportunidad pasa, pero pone ante tus ojos la cantidad de cosas a las que ahora sí podrás dedicarte. Una persona muere, pero deja tras de sí muchos encargos en forma de recuerdos, uno por cada albacea emocional.
Pero es que también funciona al revés. El camino de cualquier éxito está igualmente plagado de errores. Errores de cálculo, errores de soberbia, errores por ignorancia, errores de expectativas, errores por culpa del azar. Errores que nos llevaremos a la tumba. Errores que, el día que cuenten nuestra historia, alguien se encargará de que no salgan en ningún titular.
Que nadie se equivoque con los que se equivocan. Que nadie demonice o menosprecie a los que persisten en el error.
Porque justamente gracias a esos errores puede que ellos acaben conquistando un corazón, toda una vida o incluso Ítaca.
Perdón, quería decir América.
En qué estaría pensando".
Esta reflexión, escrita por el conocido publicista Risto Mejide, me ha encantado y por ello quería incluirla en mi blog. 


miércoles, 16 de enero de 2013

10 Grandes frases sobre la lectura


"La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso". Francis Bacon, escritor y filósofo.

"El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes Saavedra, escritor español.

"Tenía nueve años cuando me enteré de los tres incendios de la biblioteca de Alejandría y me eché a llorar". Ray Bradbury, escritor autor del libro Farenheit 451.

"Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído". Jorge Luís Borges, escritor. 

"Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros". Franz Kafka, escritor.

"Si esta nación es tan sabia como fuerte, si queremos alcanzar nuestro destino, entonces necesitamos más ideas nuevas, más hombres sabios, más libros buenos en más bibliotecas públicas. Estas bibliotecas deben estar abiertas a todos, excepto al censor. Debemos saber todos los hechos, escuchar todas las alternativas y oír todas las críticas. Acojamos libros polémicos y autores controvertidos". John Fitzgerald Kennedy, Ex - Presidente de los Estados Unidos.

"Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado. Casi 70 años después recuerdo con nitidez esa magia de traducir las palabras en imágenes" Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura.

"Considero que la televisión es muy educativa. Cada vez que alguien enciende el televisor salgo de la habitación y me voy a otra parte a leer un libro". Groucho Marx, actor.

"Sin bibliotecas, ¿qué tenemos? Ni pasado ni futuro". Ray Bradbury, escritor autor del libro Farenheit 451. 

"Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría". Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura.

lunes, 14 de enero de 2013

LOS MEJORES LIBROS DE 2012










El desengaño de Internet

Sinopsis


Cuando en junio de 2009 estalló la revuelta en Irán, los medios de comunicación occidentales se apresuraron a bautizar aquellas protestas como la primera revolución Twitter, y numerosos analistas y políticos vieron en semejante —y aparente— demostración palpable del poder agitador de las redes sociales un refuerzo para su ciberutopismo.

Sin embargo, y pese a lo mucho que se habla de internet como herramienta de democratización, regímenes autoritarios como los de Irán y China siguen sin dar muestras de inestabilidad. De hecho, según revela en este libro Evgeny Morozov, están utilizando internet para perfeccionar sus técnicas de espionaje sobre la población.

A juicio de Morozov, lo que los ciberutopistas olvidan es que las inmensas posibilidades de internet pueden utilizarse para hacer campaña a favor de las libertades, sí, pero también para todo lo contrario, es decir, para fomentar la represión, el conformismo y la ceguera.

Y no sólo a través de la censura: Morozov, él mismo un ciberutopista converso, defiende que internet, más que el catalizador de un cambio que llevará a los jóvenes a la calle, podría muy bien ser el nuevo opio de las masas. Al fin y al cabo, «las búsquedas más populares en los buscadores de internet rusos no son “¿qué es la democracia?” o “cómo proteger los derechos humanos”, sino “¿qué es el amor?” y “cómo perder peso”.»

Armado de pruebas concluyentes, Morozov pone de manifiesto en este libro que hemos de dejar de pensar que internet y los medios sociales son liberadores per se, y que iniciativas ambiciosas y en apariencia nobles como la promoción de la «libertad en internet» pueden tener desastrosas implicaciones para el futuro de la democracia en su conjunto.

 

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